
porvenir es el nuevo proyecto de investigación y creación escénica donde tratamos lo por venir desposeyéndolo de su sentido de futuro. Más bien, lo anclamos al presente y al espacio que nos acoge. Lo liberamos de la posibilidad de proyectarse en un ‘más allá’ o de trascender en otro tiempo que tendrá que venir.
Nuestro porvenir es un momento que permanece y sostiene el ahora, que se despliega para transformar el presente, operando en la alteración real de lo que hay.
Podríamos hablar de un porvenir presente; un devenir incierto frente a un horizonte, que pasa de señalarnos un camino de progreso hacia la conquista, a mostrarse como el desfiladero que precipita hacia el colapso.
En realidad, nunca llega a concretarse ninguna de estas dos situaciones, todo queda suspendido en un tiempo y espacio del ahora. Pasando de un posible “no lugar” de indecibilidad (no-where) a un territorio del presente espacial y temporal (now-here).
Se nos presenta como un paisaje efímero en el que rigen reglas propias, un espacio indomesticable. Un lugar de tránsito en el que, solos y desposeídos de toda capacidad de dominio, únicamente podemos dimensionar y reflexionar sobre nuestra ubicación en el orden universal.
Otro componente nuclear del proyecto es nuestro interés por adentrarnos en la noción de folklore, en un ejercicio de descifrar cómo se construye. Entendemos lo folklórico como un espacio flexible de acuerdos y rutinas compartidas con el objetivo común de ser lugares para el encuentro comunitario y la generación de identidades. Lo folklórico viaja a través de los tiempos como transmisión oral o sonora, de acción o en forma objetos con los que se identifica una comunidad.
La acción repetitiva de dos cuerpos en la escena instala una idea de rutina familiar. Un sistema que se asienta en el transcurso de un tiempo que se redimensiona, lo que nos acerca al mecanismo con el que funciona lo tradicional. Éstos cuerpos se transmiten esos saberes que quedan inscritos en el músculo y el espacio, en medio de una masa temporal impermanente. Con una base sustentada en procedimientos físicos extraídos de lo folklórico, éstos cuerpos horadan, ahuecan la masa espacial, acomodándose el uno a los otros y los otros al uno, en una relación de interdependencia; de sostenerse y apoyarse.
Un espacio de acogida para dos cuerpos que lo conforman, un refugio.
Un cobijo en el que habitar lo porvenir, que ya está sucediendo.
ficha artística
paisaje corporal: Alba Barral y Javier Arozena
paisaje escénico: Gino Senesi
paisaje lumínico: Horne Horneman
paisaje sonoro: Lautaro Reyes
fotos: Mila Ercoli
porvenir se estrena el proximo 24 de octubre en el Sant Andreu Teatre de Barcelona con los apoyos de Aliansat y Fabra i Coats.








pics by mila ercoli
la crítica dice:
Porvenir – saT! (Festival Dansat)
por Mariona Fernández (especaculosbcn.com 25/10/2024, Barcelona)
“ Porvenir, un conjunto de elementos que fusionan espacio y tiempo
¿Qué es Porvenir? Es eso”. Así define Javier Arozena, coreógrafo y director de la cía, su nueva obra, y razón no le falta. No intentes buscar una historia, una moraleja, ni siquiera un significado, porque no la encontrarás. Porvenir se siente, causa emoción y te invita a reflexionar.
Porvenir tampoco es solo un dúo de Javier Arozena y Anna Barral, sino un conjunto de elementos que fusionados dan vida a esta obra. La luz, el sonido, el espacio y los bailarines, todos ellos construyen una obra tan magnífica como desconcertante, que deja un sabor a inquietud y reflexión.
Una sincronía de cuerpos en un espacio crudo
La belleza de la danza es la coordinación entre dos cuerpos que dialogan sin palabras, pero Javier Arozena y Alba Barral van más allá. Ambos hacen un trabajo impecable encima del escenario, y es asombroso cómo llegan a conectar. Cada uno tiene su espacio, sin un rumbo fijo, solo en el aquí y el ahora, pero con una sincronía pulcra de movimientos, a veces, casi robóticos.
Los bailarines se encuentran en un escenario crudo, minimalista, sin decorado ni cortinas. Solo cables en el suelo y altavoces. El dúo explora el espacio, a través del folclore, no entendido como tradiciones y costumbres compartidas sino de la idea de la repetición. Su coreografía son patrones de movimiento monótonos, sencillos pero que fusionan la experiencia dancística de ambos bailarines.
Una burbuja del tiempo
La pieza sorprende por su tempo pausado. Estamos habituados a espectáculos que demandan nuestra atención continua, donde un solo descuido te hace perder algo importante. Pero Porvenir desafía esa dinámica. No hay un foco concreto, es una obra con su propio reloj y que obliga al espectador a adaptarse a él.
En algunos momentos se ralentiza incluso demasiado, pero aunque te distraigas, el espectáculo sigue ahí, respirando en su propio tiempo.
Porvenir, un espectáculo muy completo
Es sorprendente cómo el equipo ha conseguido que el espacio forme una parte esencial de la obra. A medida que avanza la pieza el escenario va cambiando: ahora cables, un foco de luz tenue, y cortinas que van cerrando el espacio, encuadrando a los bailarines cada vez más y acercándolos al espectador.
La luz juega también un papel muy importante. Toda la obra se basa en el contraste entre luz y oscuridad. Por una parte es muy interesante, porque deja espacio a la imaginación, a reflexionar lo que el espectador está viendo (o no). En algunos momentos incluso es tan tenue que dificulta ver qué sucede en el escenario.
Todo este conjunto va a compás de unos sonidos metálicos que entran en un trance monótono y se fusionan con los movimientos repetitivos de los artistas, casi envolviendo al público en una atmósfera de hipnosis. La potencia musical radica también en los silencios, muy bien buscados, y que generan tensión e inquietud.
La incertidumbre del futuro
Porvenir se entiende en la unidad de todos los elementos, cada uno con su insistencia cíclica que poco a poco va cambiando. Porvenir tensa los músculos y los relaja, y contínuamente deja incertidumbre sobre lo que está por venir. "